Junto con la madera de olivo, la madre perla es uno de los materiales distintivos de los artesanos cristianos de Belén. Ambas cruces están inspiradas en cruces emblemáticas de la Tierra Santa, como la cruz de Jerusalén que fue portada por los primeros cruzados en el siglo XII y luego los franciscanos la adoptaron como parte característica de su emblema, como la cruz armenia, una de las comunidades cristianas con mayor historia y tradición en la historia de nuestra fe. Ellos fueron la primera nación en convertirse al catolicismo.